Mi ingreso a la HENM (P3 y final)
-Álcenle
aspirantes, arriba todos – la voz del vigilante hacía eco en el dormitorio,
mientras se escuchaba el ruido de las pastillas, cuando una a una iba encendiendo
las luces del dormitorio, eran las 0600, cuando abrí los ojos, solo para darme
cuenta que ya estaba retrasado, ya había aspirantes bañándose y alistándose para
iniciar el día, fue en ese momento cuando entendí algo, las luces se encienden
a las 0600 pero el día debe iniciar mucho antes, me apresure a bañarme y
cambiarme, pasaríamos lista a las 0700, recuerdo salir del edificio de
dormitorios nuevos los grupos ya empezaban a formar entre nuestro edificio y el
de dormitorios antiguos, altos árboles adornaban los jardines, la sombra era
reconfortante en el calor veracruzano. Todos presentes… para después desfilar
al comedor; el desayuno abundante, no estaba acostumbrado a algo así, cereal,
fruta, fuerte, café y pan.
Terminado
el desayuno, regresamos a dormitorios para lavar dientes y prepararse para lo
siguiente, nos habían dividido en grupos algunos empezarían con pruebas físicas,
otros con el examen médico, otros psicológico, al final todos presentaríamos juntos
el examen de conocimientos, les mentiría si les dijera el orden que me toco,
pero así fue como corrió la semana, exámenes hasta las 1230 de ahí pasábamos al
comedor a las 1300 y después podíamos descansar un poco porque a las 1600 nos
llamaban para acondicionamiento físico.
Si
alguna vez han tenido la oportunidad de presenciar a militares corriendo, es
común que estén cantando, esto realmente ayuda a mantener el paso y sobre todo
el espíritu.
“mira al horizonte se aproxima por ahí
a esa nube negra tenemos que subir
prepara tu maleta, prepara tu fusil
que esta misma noche vamos a combatir
si vestido de negro yo voy por
guerrillero
si vestido de verde yo voy por
combatiente
estoy loco, estoy demente
me gusta la explosión
pisar tu calavera que bella sensación
Mis padres me dijeron que escoja
profesión
Serás un militar será tu decisión
ahora no lamento
estoy hecho de cemento
con alma de varilla
soy una maravilla
soy una maravilla y ahora lo veras “
A
las 1800 terminaba el acondicionamiento, teníamos una hora para asearnos y
estar listos para formar y pasar a la cena, después libre… estudiar… jugar… o
dormir... esa noche dormí como bebe y así sería toda la semana.Para
los lectores que estén interesados en formar parte de la HENM puedo decirles lo
siguiente: el examen físico no fue complicado, lagartijas, sentadillas, abdominales,
carrera y la alberca, nada del otro mundo, pero no está demás que se preparen.
El examen psicológico es largo, cuando estén presentándolo, estén tranquilos,
lean bien las instrucciones y sean honestos. El examen médico no hay más que
hacer, si estas clínicamente sano y apto no tendrás problema. El examen de
conocimientos no es nada que no venga en la biografía, no se confíen, estudien.
Llego
el día del examen académico, todos desfilamos hacia el casino de cadetes, como
tropa desfilando hacia la batalla final, la noche anterior R me apoyo para
estudiar, en ese sentido el siempre ha sido disciplinado, yo por otro lado…..
que bueno que compartimos chalet. Por fin me encontraba sentado, los oficiales
repartieron los exámenes, frente a mi estaban unas hojas de papel que
finalmente podrían definir si esa sería la última vez que me sentaría en el
casino de cadetes. – Pueden comenzar- dijo el encargado de la coordinación del
examen, comencé lento… más lento de lo que esperaba mientras pasaba el tiempo
uno a uno iban terminado, cada que un aspirante se levantaba mis nervios se
disparaban (recomendación del capitán, no se desesperen, vayan a su paso)
cuando por fin termine entregue mi examen y una sensación rara se apodero de mí,
salí y solo veía como todos mis compañeros hablaban del examen, decían respuestas
de las que no tenía ni idea.
Cuando
llegue al chalet me tire sobre mi cama, R y el tigrillo ya estaban ahí
platicaban su experiencia del examen, yo preferí no hablar de ello.
Los
días restantes fueron de relax, mientras calificaban y decidían quienes se iniciarían
su carrera en la Heroica Escuela Naval Militar, mi recuerdo más vivido de eso
días, fue una de las ultimas listas, como siempre salía tarde del edificio de
dormitorios, los aspirantes ya estaban casi completos, de pronto se escuchó el
crujido de las ramas de uno de esos altos árboles que agradecimos durante las
listas cuando el sol se encontraba en el zenit, una de las ramas se desprendió,
pude ver como caía y a mis compañeros correr para ponerse a salvo, pero uno de
ellos no corrió con tanta suerte y la rama lo impacto, por un momento nadie se
movía mientras el grito de mi compañero sonaba desgarrador; esa fue la primera
vez que vi el temple militar, los oficiales se acercaron rápidamente a
apoyarlo, la ambulancia tardo fracciones de minuto en llegar, la rama consiguió
romper su brazo, pero lo trataron rápidamente y en nada la rutina continuaba,
en las formaciones siguientes todos estábamos nerviosos y mirábamos los arboles
con respeto.
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| ANTIGUA FACHADA DE LA HENM |
El
día llego, el nerviosismo era más palpable que nunca, nos formaron desde
temprano, para darnos las indicaciones finales, uno a uno nos llamarían y nos entregarían
nuestros resultados, los chicos de reingreso nos dijeron una noche antes que si
ven dos hojas significa que pasamos… ahí estaba yo esperando que me llamaran, podía
ver a las caras de los chicos que recibían sus resultados positivos, no hacía
falta preguntarles, la alegría desbordaba de sus ojos, cuando por fin escuche
mi nombre pensé que el corazón se me saldría del pecho, camine hasta el oficial
que me nombro…. Me entrego dos hojas, mi oficio de aceptación y una lista de
material para presentarnos en un par de semanas, doble las hojas y las metí en
mi bolsillo, fui a mi chalet a recoger mis cosas, R me recibió y me pregunto cómo
me fue, le mostré mi oficio y sonriendo me dijo nos vemos en un par de semanas,
el tigrillo nos miraba tristemente desde su taquilla, no lo consiguió, tratamos
de consolarlo diciéndole que el próximo año sería diferente, que siguiera intentándolo,
nunca más supimos de él.
Me
despedí de ellos, de los seis del chalet dos no lo habían conseguido, de los
cuatro solo dos egresaríamos, así son las cosas, es una escuela difícil, pero
hay que intentarlo, hay que prepararse, hay que esforzarse todos los días; subí
al autobús una vez más, ahora con dirección a Veracruz, mis padres me estarían
esperando.
Cuando
baje del autobús, mis padres estaban ahí, me abrazaron y no preguntaron nada,
subimos al carro, al cerrar la puerta comencé a llorar, mis padres callaron por
un momento y después trataron de tranquilizarme, diciendo las mismas palabras
que le había dicho al tigrillo unas horas antes, les entregue el oficio y
pegaron un grito de felicidad, - pero ¿Por qué lloras? – preguntaban, por todos
los compañeros que lo intentaron y no lo consiguieron, por todos los que
necesitaban desesperadamente esta oportunidad para salir adelante y se les negó,
mientras yo sin necesidad, sin verdadera convicción, sin saber si quiera lo que
era la vida naval, lo intente solo por capricho; a mi madre se le humedecieron
los ojos y me dijo – ahora te toca aprovecharlo, no desperdicies la oportunidad
que se te dio, ese lugar que ocupas, no te lo regalaron- en mi cabeza resonó aquella
canción que entonamos durante el trote “serás un militar, será tu decisión” en
ese momento decidí que a como diera lugar egresaría de la Heroica Escuela Naval
Militar, ahí supe que serviría a México, toda mi vida.
Con esto
termina la serie de como ingrese a la HENM, espero lo encuentren de su agrado,
como lo fue para mi mientras recordaba todo lo vivido, no olviden comentar o enviarme un
correo a bitacoradelcap@gmail.com,
para saber de que les gustaría que escribiera la próxima vez, hasta entonces.
Buena mar y
mejores vientos.


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